Players
Internacional
Omar Méndez
Nov15,2017
El escándalo del FIFAgate, o el desenmascaramiento de una saga de corruptelas en las más altas esferas del fútbol profesional mundial, ha vuelto a ocupar las primeras planas esta semana con la sorpresiva reaparición de Alejandro Burzaco, el denunciante arrepentido, ex jefe de Torneos, la mayor compañía argentina dedicada a la comercialización de derechos del fútbol profesional.
Y la reaparición pública del ejecutivo, desde su obligada estancia judicial estadounidense, ha tenido un primer impacto trágico, en la noche de este martes 14, cuando uno de sus denunciados directos durante la jornada, Jorge Delhon, se arrojó a las vías del tren, justo en el momento que pasaba una formación ferroviaria de cercanías, en la localidad de Lanús, situada a media hora de la capital argentina.
El suicidio de un presunto implicado, uno de los dos directivos denunciados este martes por Burzaco (el otro es Pablo Paladino) del programa Fútbol para Todos, creado por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, una iniciativa sin precedentes en el mundo porque se usó dinero público para sostener el fútbol profesional nacional, ha sumado la tragedia a una trama esencialmente ligada a la corrupción. Una muerte como consecuencia no es un episodio más: lleva el caso a otro nivel porque la vida humana siempre está muy por arriba de una trifulca por metálico, por más multimillonaria que sea. El escándalo, además, podría sumar otra deshonra más al ya mancillado prontuario de la ex primera mandataria y su séquito, en el que están los funcionarios directamente involucrados con el programa.
Señalado durante toda la administración Kirchner como una fuente de sobornos y dilapidación de las arcas públicas, Fútbol para Todos fue sepultado el día que asumió el nuevo gobierno nacional del actual presidente Mauricio Macri, en diciembre de 2015.
Meses antes, el programa había quedado herido de muerte cuando explotó el escándalo mundial que envolvió a funcionarios públicos y cúpula de la Asociación del Fútbol Argentino. El caso de corrupción en la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado), conocido como FIFA Gate, arrancó el 27 de mayo de 2015, cuando las autoridades suizas irrumpieron en un hotel de Zúrich (Suiza) blandiendo pruebas de numerosas investigaciones de casos de corrupción que involucraban al máximo ente del fútbol mundial. Los cargos eran gravísimos: soborno, fraude y lavado de dinero. En muchas partes del mundo saltaron de sus poltronas los máximos ejecutivos de las federaciones nacionales y regionales, entre ellos, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, obligado a renunciar, sospechado de un sinnúmero de irregularidades.
Como la televisión -y sus emisiones exclusivas del fútbol- está en el ojo del huracán del FIFAgate, no sorprenderá que varios de sus players líderes se vean obligados a aclarar señalamientos públicos en las próximas horas. Alejandro Burzaco, acusado desde el mismo inicio del proceso y reconvertido, tras entregarse a la Justicia de EEUU, en declarante arrepentido, aseguró en la víspera que directivos de FOX Sports, Televisa, Mediapro, TV Globo, Full Play Argentina y Traffic, recibieron sobornos para conseguir sus exclusividades.
De momento, solo dos de estas compañías acusadas salieron a responder las graves denuncias: Globo y FOX Sports.
La televisora brasileña negó la imputación subrayando "con vehemencia que no practica ni oferta ningún tipo de soborno". El denunciante involucró a Marcelo Campos Pinto como el articulador de estos pagos ilícitos.
"El Grupo Globo se pone a disposición de las autoridades estadounidenses para que todo sea aclarado", aseguró la empresa en un comunicado oficial.
A la redacción de The Daily llegó otro comunicado de FOX Sports rechazando con duros calificativos la implicación en los casos de corrupción.
"Cualquier sugerencia en relación a que FOX Sports tuvo conocimiento o aprobó sobornos es absolutamente falsa. FOX Sports no tenía control operacional de la entidad que dirigía Burzaco. La entidad administrada por Burzaco era una filial de Fox Pan American Sports, que en 2008, al momento del contrato en cuestión, era propiedad mayoritaria de una empresa de capitales privados y bajo su control operacional y de gestión", dice textual el comunicado.