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The Daily
Abr23,2019
En Intelsat continúan analizando qué pudo pasar con el problema que generó la pérdida total del valioso satélite Intelsat29e. También todavía se evalúan las consecuencias por la relevancia que tenía el 29e, cuya vida útil estaba estimada en 15 años. Como es sabido, el operador global reconoció que la anomalía revelada el pasado 10 de abril causó la pérdida total del Intelsat 29e. En la actualidad, continúa reunida la junta de revisión de fallas con el fabricante estadounidense del satélite, Boeing, para completar un análisis exhaustivo de la causa de la falla.
En las últimas horas, 7 de abril, el sistema de propulsión experimentó daños que causaron una fuga del propulsor a bordo del satélite, lo que provocó una interrupción del servicio para los clientes del satélite. Mientras se trabajaba para recuperarlo, se produjo una segunda anomalía, después de la cual todos los esfuerzos para recuperar el satélite no tuvieron éxito.
El satélite estuvo sólo operativo 3 años, tras su lanzamiento desde el centro espacial de Kourou el 27 de enero de 2016, a bordo de un cohete Ariane 5.
Desde la anomalía, Intelsat hizo público que ha estado en contacto activo con los clientes afectados. Intelsat 29e brindó servicios de distribución de video y datos en banda C en América del Sur, además de señales en banda Ku en América.
“Se han proporcionado rutas de restauración en otros satélites Intelsat que sirven a la región y satélites de terceros para la mayoría de los servicios interrumpidos. La migración y la restauración del servicio están en marcha; destacando la resistencia de la flota de Intelsat y el beneficio del robusto ecosistema de arquitectura abierta de banda Ku”, apuntó el comunicado oficial de Intelsat, posterior a la pérdida.
Algunos especialistas recordaron que el comportamiento de Intelsat 29e en las últimas semanas recordó los fallos a bordo de los satélites de comunicaciones AMC 9 y Telkom 1 en 2017. Ambos arrojaron escombros después de sufrir anomalías repentinas en la órbita geoestacionaria. La diferencia en este caso es que tanto el AMC 9 como el Telkom 1, construidos por Thales Alenia Space y Lockheed Martin, respectivamente, ya se encontraban cerca del final de sus vidas de servicio cuando acontecieron los fallos.