TDT
Chile
Omar Méndez
Nov21,2013
Chile tiene uno de los récords mundiales en televisión: es el único en el que una ley de televisión digital tuvo un trasiego de cinco años de idas y vueltas en el interior del Congreso, es decir el ámbito del cual salen todas las reglamentaciones democráticas. ¡Cinco años! Finalmente, y luego de llamarse un poco a la reflexión, los senadores decidieron ponerle el sello y el proyecto se hará ley (cuando el Presidente le de su visto bueno). Entre el ingreso al seno del Congreso y su salida, la tecnología digital siguió avanzando a pasos extraordinarios. ¿No han quedado algunos capítulos vencidos por el progreso?
En ese lustro, la tecnología ha viajado a 500 kilómetros por hora y el debate legislativo en un tranvía de 1800. La ley de TV digital chilena puede que haya quedado vieja: hoy, la lógica indica que los avances en el campo de la digitalización, requieren reglamentaciones mucho más amplias, abarcativas de todo un fenómeno digital multipantalla, generado por la asombrosa evolución de las comunicaciones.
Para la población, el récord ni siquiera fue noticia. La inmensa mayoría no tiene la menor idea de qué se trata. El común de la gente no registró que dentro de los muros del Congreso había un proyecto que iba y venía, vacío de urgencias. En la superficie, vió, sí, que los empresarios privados locales y varios extranjeros, que invierten en el desarrollo de la televisión chilena, trazaron uno de los escenarios más modernos del mundo en cuanto a mercado de TV multicanal y oferta televisiva del siglo 21.
La TV digital es para esos ciudadanos, imágenes HD. Es lo que interesa: es sofisticación también, tan sofisticada que es posible recibirla en el teléfono, en la computadora. En las tabletas, dispositivos que cuando el proyecto ingresó al túnel del tiempo legislativo, no existían. La TV digital es conceptualmente eso para los ciudadanos. No saben que la TV digital de la que hablan en los intramuros del Congreso es básicamente de la televisión digital terrestre (TDT), es decir concerniente a la televisión abierta.
El proyecto envejeció naturalmente por la natural incapacidad de los legisladores chilenos en temas técnicos y su desconocimiento del negocio de la televisión y los nuevos medios.
Cuando el capítulo del proyecto de reglamentación de la TDT chilena parecía cerrado, ahora vuelve a las noticias por el veto que tuvo en el Palacio de la Moneda, firmado por el presidente Sebastián Piñera, este último fin de semana, en las horas previas a la elección de su sucesora.
Esta semana las críticas le han llovido al Presidente desde sectores que siempre se arrogan la representación ciudadana, amigos, por lo general, de reglamentos típicamente “políticos” y populistas que pretenden carriages compulsivos, respeto por el pluralismo que ellos entienden como “canales para todos” (canales de tipo social, cultural, étnica, religiosa, de género, etcétera), más normas laborales y previsionales que ponen en dificultades, la mayoría de las veces, la vida de canales privados.
¿Cuándo será ley este proyecto, ahora retornado al ámbito legislativo? Fuentes del Gobierno aseguran que antes de fin de año. La realidad siempre ha contrariado a la política.