Audiencias
Argentina
Omar Méndez
Jun6,2014

La inflación objetiva de Argentina es una de las más altas del mundo. La moneda oficial se devalúa cada día. El país va camino a una preocupante recesión económica. Los niveles de inseguridad en todo el territorio son los peores de la historia, con el flagelo del crímen organizado andando en sus calles. Los índices de desocupación escalan mensualmente, sin freno a la vista. Los parámetros de pobreza superan el 30% del total de la población y tienden a incrementarse. La marginalidad se hace cada vez más evidentes en las calles de las grandes ciudades. Los jubilados reciben un sueldo miserable. Las chabolas se multiplican en las urbes principales. Los casos y denuncias de corrupción no cesan en aparecer.
No es necesario escarbar mucho para encontrar evidencias abrumadoras de cada una de estas realidades.
Sin embargo, nada de esto parece ser verdad para el Gobierno nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ella, al igual que el gabinete gubernamental, culpa a los medios masivos de agrandar y falsear el nivel de esas realidades, responsabilizando principalmente a la televisora Canal 13 y al canal de TV paga Todo Noticias, y a los diarios Clarín y La Nación.
Para pelear contra lo que supone sus enemigos, comenzando por la televisión, la mandataria decidió crear su propia medidora de audiencia, que en este caso confrontará contra la única vigente en el mercado nacional, Ibope. La medida no tiene precedentes en el mundo.
REALIDAD Y RELATO
Argentina, según el entendimiento presidencial, vive un tiempo único e irrepetible, de éxitos sucesivos en los doce años de administración familiar. La Presidenta está convencida de ello y de la mendacidad mediática. Tan convencida está que para desarmar la voz opuesta, la que muestra realidades, creó una ley de medios con el fin de exterminar al mayor conglomerado de comunicación, Clarín, reconvertido en su expositor de errores y corruptelas. Exactamente el mismo grupo de medios con el que había mantenido un idilio su desaparecido esposo, el presidente que le precedió, Néstor Kirchner, que se tradujo en la exaltación periodística de lo supuestamente bueno del gobierno y un ocultamiento de lo públicamente malo para esa administración.
La ley de medios vigente, un reglamento imperfecto e indigno en su concepción, no logró enteramente su cometido. Desmembró al enemigo pero no lo acalló. Y esas voces, y las pocas que todavía quedan fuera de la extraordinaria batería de medios afines -que se sostienen con la propaganda gubernamental-, son, para el entendimiento presidencial, las que riegan la versión "del mal momento argentino".
LA NOTICIA
No se comprenden bien los alcances de la decisión presidencial de las últimas horas pero, sin dudas, uno de sus objetivos es avanzar en contra de los medios independientes de la pauta oficial, es decir los medios que no viven de la propaganda gubernamental. La intención parece apuntar al corazón de la sostenibilidad de esas empresas, la publicidad. Si el Gobierno desvirtuó el organismo que publica las estadísticas oficiales con el fin de manipular hasta los niveles de inflación, bien puede crear un propio sistema de mediciones que mienta sobre los índices de audiencia.
Vale reproducir lo que dice la agencia oficial argentina, Telam, una propaladora de los intereses del Gobierno nacional:
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la puesta en marcha de un Sistema Federal de Medición de Audiencias (Sifema), que servirá para medir el rating en la televisión argentina. "Estamos avanzando en el diseño de instalación de hardware y software para medir con precisión científica", detalló.
"A través de una organización no gubernamental vamos a medir lo que ven los argentinos desde Buenos Aires a La Quiaca, es decir lo que ven los 40 millones de argentinos", explicó la jefa del Estado en un acto que se realizo en el Museo del Bicentenario.
La presidenta fundamentó su decisión al señalar que con el sistema actual -la medidora privada Ibope- "parece ser que se mide solo lo que se ve en la ciudad de Buenos Aires".
Cristina informó que ya concluyó la primera etapa de su puesta en marcha, con la medición de 870 hogares en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, y que se irán extendiendo hasta cubrir todo el territorio nacional, "desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego".
Explicó además que hay instalados 1700 medidores aportados por la Universidad Nacional de San Martín para las mediciones actuales del SIFEMA, y añadió que "estamos avanzando en el diseño de instalación de hardware y software para medir con precisión científica".
La medida apunta a que "conozcamos los gustos de los argentinos, a fin de que también las empresas privadas que publicitan en los medios audiovisuales tengan un conocimiento más cabal de cuáles son los programas que realmente son vistos por los habitantes de todo el país y no sólo de la Capital y el conurbano", señaló la Presidenta.
Actualmente la medición la realiza exclusivamente a través de Ibope Argentina, filial de la poderosa multinacional brasileña dedicada a las mediciones de audiencia y estudios de opinión pública, tercera medidora de rating del mundo.